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Compasión, diferencia y sueños: sobre eventuales diálogos

Lo que me llama la atención de la nueva restricción vehicular bogotana es el intento de pensar diferente y plantear soluciones distintas. Aunque muchos quieran mantenerse en el anterior o empeorarlo porque se resisten al doloroso cambio. Y sí que lo estamos padeciendo todos. Es lo mismo que me interesa encontrar en esta apenas incipiente posibilidad de un eventual diálogo con las guerrillas (¿Se nota mi escepticismo acera de un asunto aún gaseoso y vago?). Una posibilidad nueva una exploración seria porque la anterior estuvo cerca de alcanzar su objetivo pero no se ha logrado aún. "No esperes resultados diferentes haciendo lo mismo". Tal vez buscando otras rutas lleguemos adonde queremos. Sueño con que mi país viva tranquilo, con los problemas "normales" de otros países. Aunque estoy convencido que la guerrilla no es más que un conjunto de signos y síntomas sobre algo más profundo. Aunque dude de manera categórica que la guerrilla luche por los desposeídos...

Ruidos

Es un día entre semana y por el cielorraso del baño se escucha el flujo de agua de la ducha del vecino del quinto piso. Poco antes han sonado la cisterna  y el agua del inodoro escapando presurosa y sorprendida. Sin mirar el reloj, calculo que deben faltar diez minutos para las cinco de la mañana. Estiro mi brazo y tomo mi teléfono solo para confirmar la hora. Los sonidos alrededor de mi cama en las madrugadas tienen la secuencia que me permite calcular con bastante exactitud la hora en que despierto o la qué es después de estar un rato largo sin dormir en la oscuridad de la madrugada bogotana. A veces hay sonidos inesperados que desajustan este plan exacto. Como cuando una ocasión nos sorprendió Canela ladrando en la plazoleta, pocos minutos antes de las cinco. La plazoleta es pequeña y está rodeada de edificios de nueve pisos y los ladridos de Canela resuenan con estruendo en el silencio de la fase menos profunda del sueño de muchos de nosotros. Los cientos de ojos de los edifici...

Yo soy mejor que usted

Aquellos que apoyan con vehemencia proyectos de igualdad entre seres humanos, los que buscan abatir las barreras de desigualdad y segregación pueden fácilmente caer en un comportamiento igual de reprochable: considerarse superiores moralmente a los que pretenden usufructuar y mantener la diferencia o a los que no hacemos nada. Creerse mejores personas, más merecedores de algo, tener derecho a juzgarnos a los otros. Es fácil caer en el supremacismo. De alguna forma nos consideramos mejores a otros, de la misma forma que Hitler y sus arios se consideraron con más derecho que otros grupos. Mi música es mejor que la suya: tengo derecho a criticarla juzgarla e incluso a insultarlo a usted por sus gustos y su desconocimiento. "La buena música no es para todos", leí hoy en twitter. Y lo leí a través de un retweet de una persona que aprecio mucho y considero sensata. No la critico sino me veo en ese espejo y a veces me parece un monstruo diferente al bello príncipe que una vez creí...

El Quijote y las letras digitales

El pasado 24 de abril tuve el honor de estar en Cali presentando una charla en la Universidad Autónoma de Occidente. Su título fue "De El Quijote a las letras digitales". No hay video de la charla pero está el guión que usé. Aunque no es exactamente lo que dije, se aproxima. Es algo extenso y en vez de publicarlo por partes, pongo el vínculo al documento PDF que a su vez vincula a los videos usados. Se utilizaron como fuente de consulta todas las notas y estudios incluidos en la edición del IV centenario de El Quijote (Editorial Alfaguara y RAE). Por tanto este documento no puede ser liberado bajo la licencia Creative Commons usual y tiene ciertos derechos reservados. Ir a guión

De ida y vuelta. Viaje por el metro de Estocolmo (última de cinco partes)

Ir a la cuarta parte Descargar texto commpleto en PDF En esta segunda mitad del viaje veo algo que he visto en ocasiones anteriores. Los niños suben solos al metro camino al colegio o regresando de este. Pueden ir en grupos, bastante ruidosos como es de esperar en cualquier lugar del mundo, o ir solos. Los más pequeños por supuesto van siempre acompañados pero se pueden encontrar niños de 10 años, incluso menos, viajando sin compañía en el metro. Como cuando en nuestra infancia en los 70 mis hermanas, Gonzalo y yo podíamos montar en bus naranja. O en buseta verde de la Republicana de Transportes. He pensado tomarles fotos pero me da temor ser acusado por acoso a menores de edad. Como evidencia solo queda mi palabra. También es muy frecuente encontrar ancianos en el metro. El sistema está adaptado para su comodidad y facilidad de desplazamiento. Me impacta verlos casi siempre solos. En esta sociedad los lazos familiares no son tan fuertes de padres a hijos cuando estos últimos ya es...

De ida y vuelta. Viaje por el metro de Estocolmo (cuarta de cinco partes)

Ir a la tercera parte Descargar texto commpleto en PDF Cuando en los años 50 del siglo XX se empezaron a construir las líneas de metro en Estocolmo, un número apreciable de artistas, ciudadanos y políticos pensó que sería importante que fueran un reflejo del devenir artístico de la época. Desde mediados del siglo XIX se había formado una corriente de opinión la cual proponía que el arte debía salir de los espacios reservados y alcanzar a la gente en las calles. Este pensamiento no se daba solo en Suecia y llegó a ser el fundamento de movimientos culturales tan importantes como el de los muralistas mexicanos: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y más. Como las líneas y estaciones han ido creciendo con los años, el arte en el T-Bana puede estudiarse por épocas y no es uniforme; es su diversidad lo que, en parte, lo hace tan atractivo. El sistema de transporte aborda por décadas la explicación de las obras en el folleto que ha desarrollado para entenderlas y pon...

De ida y vuelta. Viaje por el metro de Estocolmo (tercera de cinco partes)

Ir a la segunda parte Descargar texto commpleto en PDF También aparecen colgados de algunas manijas de los vagones los periódicos impresos locales. Existen dispensadores a las entradas de las estaciones para que la gente tome esos periódicos gratuitos y muchos viajeros cumplen ese eslogan oído en Colombia, “pásalo,” dejando el ejemplar en el tren. Pero también veo los libros tradicionales en manos de algunos. Pienso que tal vez hay diferencias en el soporte de la lectura dependiendo de la hora de viaje. En este momento mis vecinos se enteran de las noticias del día y algunos hasta llevan su periódico comprado, no el gratuito. No importa qué tipo de texto se lea o en cuál aparato, a veces hay alguno que lee sobre el hombro lo que su vecino lleva en las manos. Al bajarse en su estación la mayoría arrojará el papel fugaz en una gran caneca de reciclaje que el mismo impresor ha ubicado junto a los dispensadores donde otro viajero entrando al sistema toma un nuevo periódico. Libros, t...